EL CONFLICTO ÁRABE- ISRAELÍ


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EL PROCESO DE NEGOCIACIÓN HACIA LA PAZ. De 1991 A 2000


EL PROCESO DE NEGOCIACIÓN HACIA LA PAZ.

Desde el mismo mes de abril de 1991, y a lo largo de los meses siguientes, Estados Unidos inició gestiones y negociaciones con los Estados árabes, incluidos los palestinos, Israel y la U.R.S.S. para que se reunieran en una conferencia de paz. La única que no había sido invitada era la O.L.P. de Yasir Arafat por el recelo europeo y norteamericano ante el papel desempeñado por ellos durante la Guerra del Golfo. Tras llegar a una serie de acuerdos iniciales se convocó, por primera vez, una conferencia de Paz en Oriente Medio. En principio, la tesis árabe era "paz a cambio de territorios", es decir retirada israelí de los territorios ocupados y, como consecuencia de esto, el reconocimiento de un Estado palestino independiente, cuando la israelí era de momento, "paz a cambio de paz". En juego se encontraba el futuro de los Altos del Golán, Cisjordania, Gaza y Jerusalén y el fin a más de cuarenta años de guerra en la región.Esta primera Conferencia de Paz se inauguró en Madrid el 30 de octubre de 199, tuvo como principal impulsor al presidente Bush y puso las bases para un verdadero proceso de paz en la región.

-La ronda de conversaciones bilaterales-

La segunda etapa del proceso consistía en conversaciones bilaterales entre los israelíes con sirios, libaneses y jordano-palestinos, por separado. Tras seis días de contactos no se llegó a ningún acuerdo, por lo que el proceso de paz iniciado en Madrid parecía totalmente bloqueado, en especial por la inflexibilidad de Israel ante la disponibilidad árabe. En Enero de 1992, Israel decidió la deportación de varios palestinos de los territorios ocupados y el establecimiento de nuevos asentamientos judíos en los territorios ocupados dificultando toda negociación entre israelíes y palestinos.
En Febrero se produjo un nuevo episodio más de ataques árabes en el Sur de Líbano con la consiguiente represalia israelí en la que mataron al líder de Hezbollah. Aun así las conversaciones bilaterales continuaban en estos términos:

  • por parte árabe, pretendían detener los asentamientos judíos en los territorios ocupados y la autodeterminación palestina que consistía en establecer "una etapa provisional para preparar el futuro Estado palestino
  • por parte israelí se optaba por "otorgar ciertas competencias administrativas sin cambiar el estatuto de ocupación"



EL GOBIERNO DE ITZJAK RABIN

Un hecho trascendente varió el escenario, Itzjak Rabin gana las elecciones a la jefatura de Gobierno de Israel, relegando a la oposición al ultraderechista Shamir, y acepta la resolución 242 de la O.N.U. es decir, retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967 como base en las negociaciones con Siria aceptaba un período transitorio de auto-gobierno para los palestinos. Aunque los ataques terroristas y las posteriores represalias seguían parecía que se podía llegar a un acuerdo. Así en negociaciones secretas y directas entre el gobierno israelí y la O.L.P. (Arafat), judíos y palestinos acordaron una autonomía gradual, comenzando por la franja de Gaza y la ciudad de Jericó. Era poco, apenas 300 kilómetros cuadrados, pero era algo: el embrión del Estado Palestino.
El acuerdo de Oslo se verá de forma más extensa en el siguiente apartado
La paz parecía estar cerca, sin embargo las divergencias aun eran muchas y se tornaron insalvables:
1. La O.L.P. pretendía, primero, que la policía israelí se mantuviera dentro Gaza y Jericó y, a medio plazo, que los judíos levantaran los asentamientos. Tel Aviv, por el contrario, no mostraba interés alguno en retirar los asentamientos agrícolas y pretendía que el control militar-policial se hiciera desde fuera de su perímetro.
2. Israel proponía sostener el control absoluto sobre las carreteras interiores que llegaban a Israel, mientras que los palestinos deseaban compartirlo para no convertir sus ciudades en guetos cuyos accesos estuvieran absolutamente en manos israelíes.
3. El control de las fronteras de Jericó con Jordania y de Gaza con Egipto. Pretendían los palestinos tenerlo en sus manos, para ostentar alguna soberanía y no ser meros enclaustrados en esos reducidos territorios. Por el contrario, los judíos no querían ceder el control alegando que por esas fronteras podían infiltrarse en Israel cuantos terroristas se lo propusieran.
Israel estaba dispuesta a conceder mucho menos de lo que el mundo entero había esperado.
Los sectores extremistas de ambas partes se alzaron en contra de estos preacuerdos. Con las presiones de Estados Unidos y la intensa mediación del presidente egipcio Hosni Mubarak, se reunieron el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shimón Peres, y el presidente de la O.L.P., Yasir Arafat en El Cairo el 7 de febrero, conjurándose a no abandonar la capital egipcia sin alcanzar algún acuerdo. Al final llegaron a un acuerdo basado en unos términos en los que las concesiones judías eran tan escasas que ni siquiera la O.L.P. podía esgrimir ese acuerdo como un triunfo.
El ambiente era tenso y una chispa podía reventar el proceso de paz. En esos momentos, el médico judío Baruch Goldstein, nacido en Nueva York, emigrado a Israel y establecido en uno de los asentamientos agrícolas israelíes de los territorios ocupados, cerca de Hebrón entró armado con un fusil de asalto y granadas de mano, en la mezquita de esta localidad matando a 19 palestinos e hiriendo a 200.
Las negociaciones se suspendieron. Yasir Arafat y la O.L.P. quedaron aislados y tuvieron de adoptar una línea más dura para tratar de sobrevivir proponiendo los siguientes puntos:

A) Desarme de todos los colonos.

B) Su salida de los asentamientos de Jericó y Gaza de forma inmediata y, progresivamente, de toda Cisjordania.

C) Solicitaron a las Naciones Unidas el envío de fuerzas internacionales que salvaguardaran la seguridad de los palestinos...

En fin, la utopía. Israel hizo algunos gestos, como liberar presos, desarmar a algunos colonos y permitir el acceso a algunos observadores internacionales, medidas que la O.L.P. calificó de insuficientes. Los ataques terroristas se intensificaron y el gobierno de Israel decidió cerrar la franja de Gaza y Cisjordania y construir muros que restringían la libre circulación palestina.
Las negociaciones con Siria por la devolución de los Altos del Golán no iba mucho mejor. Rabin pretendía que la devolución del Golán se prolongara durante al menos ocho años, mientras que Siria no deseaba que durase más de dos años así que no acepto la propuesta y exigió el compromiso de devolución total del Golán como condición previa para negociar.
En este clima de tensión el primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el dirigente de la O.L.P., Yasir Arafat, firmaron el Acuerdo sobre la Autonomía Palestina para Gaza y Jericó.
Con esta firma nace el Estado Palestino en el año 1994 y queda como principal instancia ejecutiva la Autoridad Nacional Palestina al mando de Yasir Arafat.
Su intención no era sólo conseguir la paz sino también mejorar el nivel de vida de los palestinos de los territorios ocupados y con ello evitar el brote del fanatismo. Para ello Arafat contaba con una línea de crédito de 1.200 millones de dólares otorgada por distintos países y coordinada por el Banco Mundial para utilizar inmediatamente en la reconstrucción de los territorios ocupados con el fin de potenciar su desarrollo y garantizar el éxito del proceso de paz.
(La U.E. contribuyó a ese crédito con 600 millones de dólares; Estados Unidos con 500; Japón, 200, y el propio Banco Mundial aportó 50 millones más.)
El Ejército israelí empezó a evacuar sus bases militares en tres de las principales ciudades de la franja de Gaza y en la zona autónoma de Jericó sin embargo, la paz no estaba garantizada, el principal problema que iban a encontrar palestinos e israelíes para reafirmar la paz era el del terrorismo de los grupos fundamentalistas islámicos Hamas y Yihad Islámica. Recordemos que según los acuerdos de el Cairo Arafat era garante de la ley y el orden en las zonas autónomas.
Entre tanto, Jordania e Israel inician las negociaciones sobre la devolución de los territorios fronterizos ocupados por Israel y sobre el reparto del agua del río Jordán que finalizarían en la firma de un tratado con el cual Israel devolvería unos 300 kilómetros cuadrados de territorio ocupado por este país desde 1949 y cedería importantes recursos de agua a Jordania. Se produjeron protestas de 2000 palestinos, Hamás y facciones e la O.L.P. en contra de la firma de este tratado,
El 14 de Octubre de 1994, el Premio Nobel de la Paz fue otorgado conjuntamente al jefe de la O.L.P., Yasir Arafat, al primer ministro israelí, Itzjak Rabin y al ministro de Asuntos Exteriores del mismo país, Shimón Peres, por sus contribuciones al proceso de paz en Oriente Medio mediante los acuerdos de Washington y Oslo y reuniones posteriores.
Los sectores más radicales mostraron su desacuerdo con atentados, secuestros y asesinatos. El más grave ocurrido en Tel Aviv cuando un terrorista palestino hizo explotar 20 kg. de explosivo en un autobús. Incluso Arafat ofreció su ayuda y su colaboración para detener a los culpables.
En sucesivas reuniones Israel aceptó, entre otros, transferir en el plazo de un mes a la Autoridad Palestina el turismo, los transportes, la educación y la salud de la Cisjordania ocupada y dando permiso de trabajo en Israel a 10.000 palestinos. Como contrapartida la policía autonómica palestina de Gaza desató una caza de militantes de la Yihad Islámica, deteniendo al menos a 65 miembros de este movimiento.
Los países que se habían comprometido a poner dinero para impulsar el proceso de paz ponían pegas lo que hacía descender el nivel de vida en los territorios ocupados aumentado el nivel de desesperación y por tanto, engrosando la lista de miembros terroristas. Se producen importantes enfrentamientos entre la policía palestina y miembros de Hamás y la Yihad islámica lo que provocaba el temor a una guerra civil en Palestina.
Arafat y Rabin seguían con su ciclo de reuniones para avanzar la autonomía palestina e insistían en que los ataques integristas no harían parar el proceso de paz.
Sin embargo Rabin perdía popularidad en Israel debido a su incapacidad para detener los atentados palestinos. Su partido perdía puntos frente a los nacionalistas del Likud; opuestos a las negociaciones de paz con la O.L.P. o la retirada israelí de los territorios ocupados. Rabin , a su vez, presionaba a Arafat reclamando "más firmeza contra las actividades terroristas". Arafat estaba ansioso de convencer a Israel de que era capaz de combatir eficazmente a la guerrilla islámica y se llevaron a cabo importantes detenciones de terroristas.
En Septiembre de 1995 se produce un nuevo acuerdo entre Shimon Peres y Yasir Arafat El acuerdo, contemplaba el repliegue de tropas de siete ciudades palestinas (Nablus, Jenin, Kalkilya. Tulkarem, Ramala, Belén y Hebrón, más del 30% del territorio cisjordano capturados durante la Guerra de los Seis Días en 1967.) y la celebración de elecciones para crear un Consejo de la Autonomía Palestina de 82 miembros para mayo próximo.
A pesar de ello los radicales palestinos se opusieron al acuerdo y a la A.N.P
El día 4 de Noviembre se produjo uno de los hechos más graves en la historia de Israel: el primer ministro, Itzjak Rabin fue asesinado.
Rabin asistía a la más grande manifestación en favor de la paz, celebrada en Tel Aviv, que se había visto en Israel desde la retirada de las tropas israelíes de Líbano tras la invasión de 1982. Tras pronunciar un discurso a favor de la paz y mientras se dirigía al coche, un joven judío de 27 años, llamado Yigal Amir, estudiante de derecho y vinculado a la extrema derecha le disparó dos veces después de llamarle traidor. Murió poco después.
Todos condenaron el atentado excepto el grupo de extrema derecha judía "Organización Judía de los Vengadores" (que se responsabilizó del atentado) y los radicales palestinos en Líbano donde se echaron a la calle y acogieron con gritos de alegría y disparos al aire el magnicidio. A su entierro acudieron el egipcio Hosni Mubarak y el rey Hussein de Jordania con los que Rabin había firmado acuerdos de paz y otros 60 jefes de Estado. Arafat no pudo acudir por motivos de seguridad.
La teoría de una conspiración de judíos ultranacionalistas para matar a Rabin cogió fuerza al pasar los días y aumentar el número de detenidos involucrados en el caso.


EL GOBIERNO DE SHIMON PERES

Las elecciones que debían celebrarse en Cisjordania y Gaza se aproximaban. Hamas, el principal rival de Yasir Arafat, decidió dar un nuevo paso destinado a participar en las elecciones.A pesar de oponerse a todos los acuerdos de paz firmados entre Arafat e Israel creó un partido político llamado "Salvación"
El día de la jornada electoral seria supervisada por 1.500 observadores internacionales bajo la coordinación de la Unión Europea. El Gobierno de Shimon Peres aceleró el proceso de retirada de sus tropas en las ciudades cisjordanas de Kalkiliya, Ramalá y Belén para permitir la celebración de las primeras elecciones generales palestinas.
Como era de esperar, Yasir Arafat, líder de la Autoridad Nacional Palestina (A.N.P.), obtuvo una victoria aplastante (88% de los sufragios emitidos) en el primer contacto de los palestinos con la democracia.
Los opositores de Arafat, agrupados en Hamas, Yihad Islámica y otras organizaciones terroristas confiaban en el triunfo del abstencionismo; se llevaron una tremenda decepción.
El día del segundo aniversario de la matanza de la mezquita de Hebrón, en la que un fanático judío ametralló a 29 palestinos se produjo, como represalia, uno de los atentados más sangrientos acaecidos en Israel, un doble atentado que se saldó con 25 víctimas. Las medidas preventivas adoptadas por Peres no fueron suficientes a pesar de que se sospechaba que un gran atentado podía ocurrir.
Una vez más Israel decidió el cierre indefinido de Gaza y Cisjordania y pidió a Arafat contundencia con los terroristas advirtiéndole que si el cierre no funcionaba dispondría de otras opciones para detener los atentados como suprimir o restringir el suministro de agua, electricidad y teléfono a la Autonomía como forma de presión. Arafat condenó el atentado y puso fuera de la ley a todas las organizaciones que se oponían al proceso de paz. Se produjeron muchas detenciones de miembros de Hamás y de tres de sus máximos dirigentes lo que costó a Arafat múltiples amenazas por parte de Hamás.
Las elecciones de Israel estaban próximas y una encuesta demostraba que la brecha electoral entre Peres y su principal contrincante el derechista Netaniahu líder del Likud, se había reducido drásticamente a raíz de los atentados.


EL GOBIERNO DE BENJAMIN NETANYAHU

El 29 de mayo de 1996 Benjamín Netanyahu, del bloque derechista Likud, derrota al laborista Simon Peres y se convierte en primer ministro de Israel.
En agosto el gobierno Israelí autoriza la construcción de 900 nuevas viviendas para colonos en territorios autónomos palestinos, en Cisjordania. Esto es calificado por Arafat como declaración de guerra y posteriormente dice que podría declarar unilateralmente un Estado palestino independiente en Gaza y Cisjordania si Israel continúa con su política de permitir asentamientos ilegales lo que provoca que se suspendan las negociaciones de paz.
En los dos años siguientes Netanyahu devuelve a la A.N.P. parte de Hebrón y Cisjordania a cambio de garantías contra el terrorismo.


EL GOBIERNO DE EHUD BARAK

En 1999 se celebran elecciones anticipadas y el partido laborista vuelve a recuperar el poder, esta vez, de la mano de Ehud Barak. Se firman más acuerdos de retirada de tropas israelíes de Cisjordania. Barak afirmó que no se construirían nuevas colonias, pero tampoco se desmantelarían las ya existentes. Su labor diplomática para conseguir acuerdos de paz fue intensa, las conversaciones sobre el estatuto definitivo de los territorios autónomos y ocupados, y sobre todas aquellas cuestiones excluidas en el período interino: Jerusalén, refugiados, seguridad bilateral, fronteras y relaciones de cooperación. Todo parecía marchar por la buena senda y Barak esperaba la aceptación del acuerdo de paz final con los palestinos en algún momento de 2000, pese a su política inconsistente sobre los asentamientos ilegales, ya que algunos fueron desmantelados y otros no.
Se inician nuevas negociaciones de paz con Líbano, que finalizan con la retirada israelí del sur de Líbano poniendo fin a 18 años de ocupación, y con Siria en las que no llegan a un acuerdo en lo referente a los Altos del Golán. Siria exige la retirada total y Barak sólo ofrece la retirada parcial.
Problemas en la política interior de Israel dejaron a Barak en minoría. Mientras su gobierno se tambaleaba inició las conversaciones de Camp David (reservamos el capítulo siguiente para profundizar en este tema) con Arafat para alcanzar la paz definitiva, sabiendo que el tiempo se agotaba. En Israel miles de militantes derechistas y colonos se manifestaron exigiendo a Barak que no cediera un ápice sobre Jerusalén, en cuya parte oriental la ANP pretendía establecer la capital de su futuro estado, sobre los refugiados palestinos y los asentamientos judíos.
Efectivamente, Barak rechazó la propuesta de Arafat de una soberanía compartida de la ciudad, ya que adjudicaba a los palestinos la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado del Islam. Al regresar a Israel sin acuerdo vió como su gobierno se desmoronaba.
Aun así Barak volvió a reunirse con Arafat una vez más para conseguir un acuerdo de paz inmediato con exclusión del tema de Jerusalén, punto que, dada su intratable naturaleza, se trataría más adelante.
El 28 de septiembre Barak habló por primera vez sobre la capitalidad de un futuro Estado palestino en Jerusalén oriental, pero la histórica admisión quedó eclipsada cuando el mismo día Ariel Sharon, líder provisional del Likud, ex ministro de Defensa y veterano halcón de las luchas con los palestinos, se paseó por la Explanada de las Mezquitas rodeado de guardaespaldas. Fue la mecha que activó un estallido popular palestino en la Ciudad Santa, rápidamente extendido a la A.N.P. y al resto de la Cisjordania ocupada y cuya espontaneidad la parte israelí puso en tela de juicio.
Comienza la Segunda Intifada...


Conferencia multilateral sobre Oriente Próximo
de Madrid en 1991

Arafat y Rabin

Ehud Barak y Arafat, con Bill Clinton en Camp David,
en el verano del año 2000.




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